Los trastornos neurológicos como la depresión, demencia, el autismo, o la esquizofrenia pueden presentar aislamiento o comorbilidades como enfermedades no transmisibles, se estima que aproximadamente 17% de las personas en México presenta al menos un trastorno mental y una de cada cuatro lo padecerá como mínimo una vez en su vida.
No obstante la mayoría de los trastornos tiene buena respuesta al tratamiento, pero cuando no son atendidos pueden llegar a tener un costo social elevado, al grado de perder el empleo, a causa de ausentismo por enfermedad o deficiencia en la productividad.
Frente a este panorama nacional, además de revelarse una urgente necesidad de invertir en la prevención y tratamiento de estos padecimientos, es importante luchar contra la estigmatización de las personas que viven con una enfermedad mental.
De acuerdo a los especialistas de Mayo Clinc, algunos de los efectos nocivos del estigma comprenden:
- Resistencia a buscar ayuda o tratamiento
- Falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas
- Menos oportunidades laborales o de participación en actividades escolares y sociales, o problemas para encontrar una vivienda
- Hostigamiento, violencia física o acoso
- Seguro médico que no cubre adecuadamente el tratamiento de la enfermedad mental
- La creencia de que nunca superarás ciertos desafíos o de que tu situación no mejorará
Es importante comprender que las enfermedades mentales no respetan condición social, ubicación ni edad aunque destaca el hecho de que ocho de cada 10 enfermedades mentales atacan en la edad más productiva del individuo, es decir, de los 18 a 30 años.
Es importante recordar que quienes viven con una enfermedad mental no están solos y que son muchas las personas que libran o libraron su propia batalla. Tal fue el caso por ejemplo de Ludwig van Beethoven (depresión y trastorno bipolar) o Martin Luther King (depresión) y más recientemente Leonardo DiCaprio (trastorno obsesivo-compulsivo), Catherine Zeta-Jones (trastorno bipolar), por solo nombrar algunos ejemplos. Las valoraciones de los demás casi siempre provienen de la incomprensión del tema, más que de información basada en hechos.