Realidades de la Obesidad Infantil: Un Niño “Gordito” No es un Niño Sanito

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Culturalmente en nuestro país, se ha tenido por mucho tiempo la idea de que un niño mientras más gordito es, más sano está, asociando la delgadez de los niños con enfermedad. Ha sido así por generaciones, pero hoy en día evidencia científica demuestra que no es así.

Hoy sabemos que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a la obesidad como una enfermedad metabólica crónica que se ha convertido en epidemia internacional.

En el marco del Día del Niño, el Dr. César Vega, Médico Internista y miembro del Movimiento Nacional Ciencia en Obesidad, esclarece los principales mitos alrededor del tema, explicando las realidades de la obesidad infantil:

  • El peso debe estar proporcional a la altura y sexo del infante, lo cual se irá modificando conforme vaya creciendo.
  • El sobrepeso y la obesidad no son sinónimo de mejor nutrición, al contrario, se pueden presentar diversas carencias nutricionales, ya que ambos padecimientos significan exceso de grasa.
  • De no corregirse, el infante con obesidad presentará a edades más tempranas comorbilidades metabólicas y cardiovasculares, tales como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer, y además, trastornos osteomusculares que generan discapacidad.
  • La parte emocional se ve afectada por motivo de burlas, además de que el propio infante se puede frustrar al no poder realizar actividades físicas o juegos propios de su edad como los demás, impactando en su autoestima.
  • Los infantes con obesidad tienen muchas más probabilidades de continuar obesos en la edad adulta, llevando consigo esta serie de problemas de salud durante toda su vida.
  • Mientras más tiempo en la vida se permanezca con obesidad, más difícil será revertirlo y lograr un peso saludable.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que la UNICEF advierte si no se controla esta epidemia, las crecientes tasas de niños con sobrepeso tendrán un impacto negativo en la economía, la productividad y el bienestar general de la población mexicana.

Menciona el Dr. Vega: “La epidemia en la que se ha convertido la obesidad infantil es importante y no debe tomarse a la ligera. El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles por medio de acciones accesibles como alimentación balanceada y actividad física, que deben ser enseñados como hábitos de vida saludables desde la infancia. No existe que un niño gordito esté sanito, mientras más pronto se erradique esta idea y nos mudemos a un pensamiento de salud preventiva, mejor y más pronto se podrán combatir estos padecimientos”.

Ya que la obesidad es un problema de salud multifactorial, debe ser abordado de manera multidisciplinaria, sin importar la edad. El Movimiento Nacional Ciencia en Obesidad asegura que es primordial para combatir estos padecimientos que la comunidad médica, desde médicos generales hasta especializados, esté consciente de pesar, medir y comunicar a sus pacientes su sobrepeso u obesidad de manera ética y responsable, además de acompañarlos, guiarlos o canalizarlos al área correspondiente para llevar un tratamiento con respaldo científico que resulte efectivo y seguro.

La OMS indica que, si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentarán a 70 millones para 2025. Por ello, indica algunas medidas de prevención de la obesidad infantil:

  • En caso de lactantes, el inicio inmediato de la lactancia materna durante la primera hora de vida.
  • Exclusivamente lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida.
  • Introducción de alimentos sólidos complementarios nutricionalmente adecuados e inocuos a partir de los 6 meses, manteniendo al mismo la lactancia materna hasta los 2 años o más. deben introducirse en pequeñas cantidades, que aumentarán gradualmente a medida que el niño crezca
  • Los niños en edad escolar y los adolescentes deben limitar la ingesta energética procedentes de grasas y azúcares, además de realizar actividad física con regularidad (60 mins. al día).

“Ya que son los adultos quienes toman decisiones sobre el estilo de vida de los niños, ellos también deberían evaluarse con médicos certificados y profesionales de la salud para evitar heredar hábitos que fomenten el sobrepeso y la obesidad. En el núcleo familiar todos se verán beneficiados si adoptan por igual estilos de vida saludables y darán mayor oportunidad a los infantes de crecer y desarrollarse saludablemente hasta llegar a convertirse en adultos sanos”, concluye Vega.