Un Proceso De Cáncer no es Motivo para no Poder Lucir Bien

Casi el 96 por ciento de las mujeres muestran afectaciones emocionales posteriores, como depresión y ansiedad[1]. Mucho se debe a los cambios en la imagen personal derivados del tratamiento o de la misma alteración del estado de salud.

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De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), se estima que a nivel nacional hay un millón de supervivientes de cáncer. El mayor porcentaje de mujeres presente en este grupo, experimentaron cáncer de mama.

“Ciertas culturas relacionan la feminidad con grandes senos y una larga y sedosa cabellera; las mujeres, al verse sin estos elementos pueden experimentar una disminución en su autoestima, lo que causa severos daños emocionales en su vida profesional, familiar y de pareja. De ahí la importancia de preparar al cuerpo desde el inicio de la enfermedad, para lograr sobrellevar de mejor manera el proceso”, explica Danelia León Sahagún, presidenta de la Asociación Internacional de Asesores de Imagen (AICI, por sus siglas en inglés) sección Guadalajara.

Algunos efectos más notorios en la apariencia de una persona que ha padecido cáncer se puede observar en:

El nivel estético más común que producen los tratamientos para el cáncer de mama es la alopecia, por lo que se recomienda usar shampoos para piel sensible y especializado en la fase del cáncer en la que la paciente se encuentre, acompañados de un masaje al cuero cabelludo, esto puede ayudar a estimular el crecimiento capilar nuevamente.

En el caso particular de la resequedad en la piel y la irritación que se presentan durante la quimioterapia, deben atenderse con productos que restauren el manto hidrolipídico para conseguir una mayor protección, además de usar productos libres de detergentes que sean suaves y aporten una hidratación adecuada.

Para la mastectomía es necesario usar ropa interior post operatoria sin costuras para no lastimar la zona afectada, además de utilizar cremas humectantes y sueros concentrados para ayudar a la cicatrización; así como elegir prótesis externas, pues aparte de balancear el peso de los senos y evitar dolores de espalda, lucen naturales con cualquier tipo de prenda. En cuanto al rostro, es una buena idea maquillarse con productos especiales y utilizar protección solar para evitar manchas y resequedad causadas por la medicación, así también se previene el envejecimiento prematuro.

“Es un hecho que cuando las mujeres se sienten seguras de sí mismas y tienen buena autoestima, se enfrentan a la enfermedad con mayor entereza. Entre más pronto comience una persona a cuidarse, los efectos secundarios causarán menos estragos; por ello es recomendable acudir al consultor de imagen mínimo tres semanas antes de iniciar cualquier tratamiento. Él evaluará cada caso en particular y recomendará los productos y accesorios apropiados; de tal forma que con paciencia y una vez superada la enfermedad, las mujeres puedan retomar sus rutinas de belleza”, afirma la especialista en oncoimagen.

Ante las recomendaciones expresadas por la especialista menciona que una alternativa a la rutina de belleza que deben evitarse durante la experiencia de cáncer son:

  • Exfoliación durante la quimioterapia, ya que la piel suele resecarse drásticamente.
  • Rasurarse para evitar cortaduras que tardarán mucho más tiempo en cicatrizar.
  • Exposición prolongada al sol, ya que con los fármacos provoca la presencia de manchas irreversibles en la piel.
  • Productos con petrolatos o labiales indelebles cargados de metales.
  • Tintes comunes que contengan parafenilendiamina y amoniaco.
  • Antitranspirantes con alcoholes y parabenos, pues tapan los poros de las axilas.

En cuanto una mujer se entera de que tiene cáncer y sabrá que pasará por diversos tratamientos como la quimioterapia, debe considerar regímenes en paralelo, como la visita al odontólogo y a un nutriólogo, asistir a algún grupo de apoyo emocional, y por supuesto acudir con un asesor de imagen.

[1] Estadísticas del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).