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La comunidad médica internacional está transitando hacia un nuevo modelo de atención que deja atrás la visión fragmentada del cuerpo humano. Durante el encuentro “Xpert Masterclass 2025”, realizado recientemente en México, especialistas de talla global coincidieron en que el corazón, los riñones y el metabolismo forman un sistema interdependiente, cuyo manejo conjunto es crucial para mejorar el pronóstico de millones de pacientes.
Este enfoque, denominado cardiorrenal-metabólico, adquiere una relevancia crítica en México ante su carga epidemiológica: cerca de 14 millones de personas viven con diabetes, y se estima que dos de cada cinco desarrollarán enfermedad renal crónica (ERC) a lo largo de su vida. Además, según la OCDE, las enfermedades cardiovasculares representan más del 30% de la mortalidad prematura por padecimientos crónicos en el país.
“La evidencia reciente demuestra que no podemos tratar el corazón, los riñones y el metabolismo de manera aislada”, afirmó la Dra. Karen Andrade, coordinadora del encuentro y responsable médico de Bayer México para el área cardio-renal. “Cuando entendemos cómo interactúan, podemos intervenir antes, reducir riesgos mayores y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. Este es el futuro de la medicina renal y cardiovascular”.
El cambio de paradigma se sustenta en estudios clínicos recientes que evalúan simultáneamente la función renal, el riesgo cardiovascular y el control metabólico. Durante la sesión, se destacaron los hallazgos del estudio CONFIDENCE, el cual demostró que la combinación de finerenona con un inhibidor del SGLT2 logró reducir la albuminuria (un marc clave de daño renal) en más del 50%. Este tipo de evidencia ha llevado a que guías clínicas europeas ya recomienden la finerenona como una opción de primer nivel.
La adopción de este modelo integral, respaldado por actualizaciones en guías internacionales, busca anticipar complicaciones, retrasar la progresión de la enfermedad renal y reducir eventos cardiovasculares. Para lograrlo, es fundamental fortalecer la colaboración entre nefrólogos, cardiólogos y endocrinólogos.
“Países con alta prevalencia de diabetes y enfermedad renal y cardiovascular, como México, se beneficiarán enormemente de integrar este modelo en sus prácticas clínicas”, subrayó la Dra. Andrade. “La evidencia está disponible; ahora corresponde a cada sistema de salud prepararse para incorporarla de manera efectiva”.
Los expertos concluyeron que México se encuentra en un punto clave para fortalecer sus modelos de atención. Impulsar diagnósticos oportunos, la colaboración multidisciplinaria y alinear las prácticas con este nuevo estándar emergente representa una oportunidad histórica para optimizar recursos, anticipar riesgos y mejorar los resultados clínicos para millones de personas.





