Día Mundial de la Obesidad, enfermedad crónica y progresiva que exige acción inmediata

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Como se sabe la obesidad se ha convertido en uno de los mayores desafíos de salud pública en México, pues se trata de una Esta enfermedad crónica y progresiva afecta a 7 de cada 10 adultos mexicanos y aumenta el riesgo de complicaciones graves. A pesar de su impacto, no recibe la misma atención médica que otros padecimientos crónicos.

En nuestro país la obesidad está directamente vinculada a afecciones que generan altos costos en el sistema de salud y son responsables del 77% de los fallecimientos, como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

De igual manera, puede causar apnea del sueño y trastornos en la salud mental. Las personas diagnosticadas con estos padecimientos pueden vivir entre 5 y 15 años con una calidad de vida significativamente reducida y un impacto negativo en su núcleo familiar.

“Se requiere un enfoque integral y sin prejuicios. Las personas que viven con obesidad merecen un abordaje terapéutico eficaz y a largo plazo que incluya apoyo multidisciplinario de médicos, nutriólogos, psicólogos y otros especialistas”, argumentó el Dr. Santiago Posada, vicepresidente de Asuntos Médicos de Lilly para América Latina, con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se conmemora este 4 de marzo.

Este enfoque, dijo, no solo ayudará a romper el ciclo de la pérdida y recuperación de peso, sino que también busca mejorar la calidad de vida de cada paciente.

“Confundir la obesidad con un simple deseo cultural por la delgadez distorsiona su abordaje y limita el acceso a tratamientos médicos adecuados. El estigma asociado a esta condición es una barrera que impide que muchas personas reciban la atención que realmente necesitan”, agregó.

Asimismo, el doctor Posada señaló que el consenso de la Comisión de The Lancet subraya la importancia de enmarcar la obesidad como una enfermedad y la complejidad de su diagnóstico. El trabajo de la Comisión es un hito significativo en la evolución del campo médico de la obesidad. 

Según la encuesta ENSANUT, 38.9% de los adultos mexicanos presenta obesidad, con una prevalencia mayor en mujeres que en hombres. En los últimos 23 años, los hombres mayores de 20 años han experimentado un aumento del 78% en los casos. A nivel mundial, la obesidad en adultos se ha más que duplicado desde 1990, mientras que en adolescentes se ha cuadruplicado.

“La atención de la obesidad debe ser abordada con la misma seriedad que cualquier otra enfermedad crónica. No se trata simplemente de cambios en los hábitos de vida, sino de un desafío médico que exige soluciones personalizadas. Si no se atiende, puede ocasionar complicaciones graves e incluso disminuir la calidad de vida”, explicó el Dr. Fernando Pérez Galaz, Cirujano especializado en cirugía gastrointestinal, bariátrica y cofundador de Obesidades.

El incremento o disfunción del tejido adiposo (grasa corporal) daña la salud de las personas, sostuvo, independientemente del peso corporal. Por ello, tenemos que estar conscientes de que la detección temprana es fundamental y visitar oportunamente a un especialista, también contribuirá a que el problema sea más manejable en un futuro.

Destacó que el sobrepeso y la obesidad no son simplemente el resultado de una falla moral o malas elecciones personales, sino que están determinados por múltiples factores biológicos, genéticos y ambientales, de alimentación, actividad física, sueño, salud mental, entre otros.

“Durante mucho tiempo se creyó que ‘comer menos y moverse más’ era suficiente, pero hoy sabemos que es una condición compleja relacionada con varios factores que van desde la genética hasta la llamada resistencia metabólica”, comentó Verónica Vázquez Velázquez, presidente de Obesidades, una sociedad civil sin fines de lucro que pretende cambiar la narrativa de la obesidad y su tratamiento en México.

“Esta resistencia a la pérdida de peso ocurre porque el cuerpo no está hecho para perder peso, y busca contrarrestar este hecho aumentando el hambre y disminuyendo el gasto de energía. Es por ello que muchas personas pueden recuperar el peso perdido. Esto no es voluntario, pero puede atenderse con un enfoque médico e integral adecuado”, aseguró la experta.

Finalmente, se mencionó que este nuevo paradigma propone un enfoque que va más allá del conteo de calorías o de dietas restrictivas, reconociendo la importancia de factores como el manejo de estrés y el abordaje de las desigualdades socioeconómicas.

Para lograr un cambio real, se precisó, es dejar de ver la obesidad como una cuestión de voluntad y tratarla como lo que es: una enfermedad crónica que necesita un manejo adecuado y personalizado. Se deben brindar las herramientas y el apoyo necesarios para mejorar la salud de manera sostenible, con el acompañamiento de profesionales capacitados en el manejo de la obesidad y el apoyo de quienes rodean al paciente.

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